En una nota, la ONU-Brasil asegura que sigue «con preocupación los eventos de hoy (8 de enero), cuando manifestantes atacaron y violentamente invadieron edificios públicos» en el Distrito Federal (DF).
Remarca que «condena enérgicamente cualquier ataque de esta naturaleza, que representa una seria amenaza para las instituciones democráticas».
La ONU pide a las autoridades que «den prioridad al restablecimiento del orden y que defiendan la democracia y el Estado de Derecho».
Después de la invasión de la sede de los Tres Poderes en Brasilia por parte de adeptos radicales del derrotado mandatario Jair Bolsonaro, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dictó un decreto de intervención federal en el Gobierno del DF hasta el 31 de enero.
La finalidad de la intervención es «poner fin al grave comprometimiento del orden público» en el DF, marcado por actos de violencia e invasión de estructuras públicas.
Tal medida será coordinada por el interventor Ricardo García, actual secretario ejecutivo del Ministerio de Justicia.
Según el decreto, García estará subordinado al Presidente de la República y no a las normas de distrito que entren en conflicto con las medidas necesarias para la ejecución de la intervención.
Durante su alocución, Lula afirmó que hubo «falta de seguridad» y que las personas autoras de los crímenes serán encontradas y castigadas.
«Esos vándalos, que podemos llamar fascistas, fanáticos, hicieron lo que nunca se hizo en la historia de ese país», apuntó el fundador del Partido de los Trabajadores.
Señaló que volverá a Brasilia desde Sao Paulo, para «visitar los tres palacios que fueron rotos. Eso no se repetirá. Vamos a averiguar quién pagó los autobuses, quién pagaba la estancia, barbacoa todos los días y toda esa gente va a pagar. Y por parte del Gobierno federal, si hubo omisión, también será castigado», remarcó.
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