La tragedia ocurrió la madrugada del domingo por el estallido de una de las llantas de un ómnibus cuyo conductor perdió el control y se proyectó contra otro vehículo del mismo tipo en la región de Kaffrine, en el centro del país, según las primeras pesquisas.
El presidente senegalés, Macky Sall, rectificó la cifra de muertos, más de los 38 mencionados en un primer reporte, y menos de los 40 informados más tarde debido a un error en el conteo en la morguedonde donde están depositados los cadáveres.
Tras lamentar “la enorme pérdida de vidas jóvenes”, el jefe de estado visitó a los heridos en los hospitales y anunció una reunión hoy del Consejo de Ministros para “revisar todo lo relacionado con el transporte, los transportistas, los aseguradores y los servicios de seguridad”.
Al igual que en los demás países al norte y el sur del Sahara en Senegal son comunes los accidentes de tráfico debido a errores humanos de los conductores, carreteras en mal estado y la pésima situación de los vehículos.
Asimismo, los ríos del continente son frecuentes escenarios de tragedias que se saldan con decenas de muertes, en su mayoría por el naufragio de frágiles embarcaciones que son recargadas por sus patrones para obtener el mayor margen de ganancias posible.
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