De acuerdo con Abdullah Fadil, representante en la nación asiática del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la desnutrición aguda grave, las enfermedades respiratorias y las transmitidas por el agua, unidas al frío, ponen en peligro la vida de millones de jóvenes.
“Los niños que viven en las zonas de Pakistán afectadas por las inundaciones se encuentran al borde del abismo”, enfatizó el enviado de la organización internacional.
Cifras del organismo estiman que cuatro millones de menores siguen viviendo junto a aguas estancadas y contaminadas pese a que las lluvias cesaron.
En las zonas impactadas se dispararon las infecciones respiratorias agudas, una de las principales causas de mortalidad infantil en todo el mundo, y el número de menores diagnosticados con desnutrición severa casi se duplicó entre julio y diciembre del pasado año en comparación con 2021.
Unicef calcula además que 1,5 millones de niños todavía necesitan tratamientos básicos para salvar sus vidas.
En paralelo con la alerta de dicha entidad, la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebra este lunes la Conferencia Internacional sobre la Resiliencia Climática de Pakistán para respaldar una estrategia de rehabilitación y reconstrucción de conjunto con el Gobierno de ese país.
Las devastadoras inundaciones de 2022 son, según ONU, el peor desastre natural de la nación asiática en décadas.
Un tercio del territorio nacional quedó sumergido trayendo consigo pobreza y el desplazamiento de ocho millones de personas.
Los daños y las pérdidas económicas por inundaciones superan los 30 mil millones de dólares, mientras que las inversiones para su reconstrucción se estiman en 16 mil 300 millones.
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