En la sesión de la Asamblea Nacional sucedió lo que era previsible: la polarización entre las bancadas del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA, en el poder) y la adversaria Unita, cuya participación en el órgano legislativo aumentó como resultado de las más recientes elecciones generales, celebradas en agosto de 2022.
La aprobación general del documento contó con 117 votos a favor, 80 en contra y cuatro abstenciones, tras los acalorados debates del pasado viernes, cuando la presidencia de la Asamblea Nacional optó interrumpir las deliberaciones para proseguir este lunes.
Los 80 sufragios en contra fueron emitidos por los diputados de la Unita y las cuatro abstenciones correspondieron a representantes del Partido de Renovación Social y el Frente Nacional para la Liberación de Angola.
Según la fundamentación del Ejecutivo, la iniciativa presupuestaria persigue dos objetivos esenciales: respaldar el crecimiento económico interno y la continuidad del manejo prudente de las finanzas públicas, mientras la oposición alega que las partidas financieras resultan insuficientes y alejadas de las necesidades del país.
Por la bancada del MPLA, los razonamientos giraron en torno a las dificultades reales para dotar el Estado de recursos monetarios superiores, teniendo en cuenta la situación internacional y la necesidad de dedicar parte de los ingresos al pago de compromisos con los acreedores.
Además, los diputados reconocieron la prioridad otorgada al sector social, con un peso del 23,9 por ciento del gasto total previsto en la ley presupuestaria.
Después de varios años consecutivos de recesión, Angola registró en 2021 un crecimiento de 0,7 puntos porcentuales, cerró 2022 con un estimado alcista de 2,7 por ciento y anunció para 2023 una posible expansión del Producto Interno Bruto en torno al tres por ciento.
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