En su último reporte divulgado este martes, el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) indica que los precios en el sector energético crecieron en el pasado año un 50,9 por ciento como promedio, cifra muy superior a la de 14,1 puntos porcentuales registrada en 2021.
El estudio muestra además que en diciembre de 2022 la inflación subyacente, excluyendo la derivada de la energía y los alimentos frescos, se aceleró del 5,6 al 5,8 por ciento.
Sin embargo, los precios de los productos de alimentación, hogar y cuidado personal se ralentizaron de forma tendencial del 12,7 al 12,6 por ciento, al igual que los de los productos de compra frecuente, que pasaron del 8,8 por ciento en noviembre a 8,5 puntos porcentuales en el último mes del pasado año.
El aumento cíclico del índice general se debe principalmente, según los analistas, al crecimiento de los precios de la energía regulada, de un 7,8 por ciento; así como de 0,8 puntos porcentuales en los alimentos elaborados.
Los precios de los servicios recreativos, culturales y de cuidado personal crecieron 1,4 por ciento y los relacionados con el transporte 1,1.
Los efectos de estos aumentos fueron solo parcialmente compensados por la disminución en un 3,9 por ciento de los precios de la energía no regulada y de 0,6 puntos en el caso de los alimentos no elaborados.
Por otra parte, los expertos de esa institución aprecian en su análisis que la inflación adquirida para 2023, es decir, el crecimiento promedio que se produciría en el año si los precios se mantuvieran estables, mantendrá un incremento aproximado del 5,1 por ciento.
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