En conferencia de prensa, el secretario general de la CGTP, Gerónimo López, hizo el anuncio junto al exministro de Salud Hernando Cevallos, representante de la Asamblea Nacional de los Pueblos, quienes destacaron la crucial importancia de las luchas populares en la presente coyuntura.
La medida coincidirá con la llegada a Lima de grupos de manifestantes del interior del país, que desde el 4 de enero protestan y piden la renuncia de la presidencia con bloqueos de calles, carreteras, paros y marchas.
López señaló que el paro nacional tiene un carácter cívico y popular, por la amplitud de la convocatoria, cuando Perú vive una crisis social y política que tiene como consecuencia la protesta de diversas regiones del país por el mismo reclamo.
El paro, añadió, asume esa demanda y las de convocatoria inmediata de elecciones generales adelantadas, con un referendo que decida si el pueblo quiere cambiar de Constitución mediante una asamblea constituyente o mantener la actual.
Agregó a ello el relevo de la mesa directiva del Congreso, presidida por el derechista José Wiliams, a fin de que lo encabece una figura de consenso y neutral, para “recuperar la confianza y la paz social que tanta falta le hace al país”.
Añadió que Perú no puede continuar sufriendo más muertes de ciudadanas y ciudadanos y en un clima crecientemente represivo.
Denunció que el pasado viernes la Policía rodeó con fines de intimidación el local del Sindicato de Trabajadores Telefónicos cuando se reunía la ANP para coordinar acciones en ejercicio pacíficas en ejercicio del derecho a la protesta.
El dirigente Cevallos, por su parte, condenó la acción en la que participaron casi 200 policías con el fin de obstruir la asamblea laboral, democrática y popular, con la participación, como parte de la ANP, de diversos partidos y colectivos progresistas.
Calificó como repudiable la actitud de la Policía que, dijo, lleva al país a un camino que no debe transitar, hacia “la institucionalización de un Estado policial y dictatorial que no queremos los peruanos.
Sobre las protestas, dijo que las casi 50 muertes no tienen ninguna justificación y la sociedad civil debe repudiar estos hechos en forma pacífica pero con mucha firmeza, para “rescatar a nuestra patria de este tipo de actitudes que quieren imponer la paz de los cementerios” frente a reclamos justos y atendibles.
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