En un artículo publicado en el diario Página 12, el también sociólogo advirtió que el intervencionismo norteamericano llegó a niveles escandalosos, por lo cual consideró imprescindible una Celac robusta “para ponerle freno a tanta prepotencia imperial”. Sólo una acción concertada entre nuestras naciones podrá evitar la brutal recolonización de Latinoamérica y el Caribe, montada sobre una derecha radical y violenta que es promovida, asesorada y financiada desde Washington a través de numerosos canales, aseveró.
Asimismo, recordó que hace 200 años, el 2 de diciembre de 1823, James Monroe (1758-1831), quinto presidente de Estados Unidos, anunció en su discurso anual al Congreso de la Unión la doctrina que llevaría su nombre, que refleja las ansias expansionistas y de dominación del imperio
Ese mismo día, pero 188 años después, nació la Celac, una de las iniciativas estratégicas más importantes de nuestros pueblos y gobiernos, indicó.
La idea fundacional de Hugo Chávez (1954-2013), Fidel Castro (1926-2016), Raúl Castro y en general de la izquierda latinoamericana, era hacer de ese organismo una alternativa real y efectiva a la Organización de Estados Americanos, que jamás dejó de ser el “ministerio de colonias” estadounidense, añadió.
Borón apuntó que el ascenso de regímenes como el de Mauricio Macri en Argentina y el de Jair Bolsonaro en Brasil tuvieron una repercusión negativa y suspendieron al mecanismo en una especie de limbo político.
Otro factor dañino es la renovada beligerancia del imperialismo norteamericano. De los 33 Estados que conforman la Celac hay por lo menos 15 que son extremadamente vulnerables a las decisiones de Washington por temas como las remesas, dijo.
Ante presiones y agresiones de esa potencia como los bloqueos a Cuba, Venezuela y Nicaragua, el analista insistió en la relevancia de una estrategia de acción colectiva, crucial para enfrentar las turbulentas aguas de la escena internacional.
Ojalá que la VII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno (prevista para el martes) logre consolidar a la Celac como una institución auténtica, con sus equipos de trabajo, expertos e investigadores, afirmó.
Además, abogó por la creación de un protocolo regional para la explotación racional y cuidadosa de los recursos naturales y el establecimiento de empresas públicas multinacionales que administren los bienes comunes.
En un sistema mundial conmocionado, en el cual Estados Unidos tramita con furia el inexorable debilitamiento de su gravitación internacional, la tentación de apoderarse del territorio y las riquezas existentes al sur del Río Bravo se convierte en una pasión tan irresistible como insana, advirtió.
“América para los (norte)americanos”, reza la doctrina Monroe. Por eso la Celac es más necesaria que nunca. Ojalá que la Cumbre de Buenos Aires pueda a ser recordada como aquella en la que se recuperó el proyecto original que le dio nacimiento en 2011, concluyó.
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