En este contexto llamó a los países a actuar para prevenir, detectar y responder a incidentes de productos médicos falsificados y de calidad subestándar.
En los últimos cuatro meses, al menos tres naciones reportaron más de 300 muertes de niños —en su mayoría menores de cinco años— por la ingestión de jarabes para la tos de venta libre para menores con contaminación confirmada o sospechada con altos niveles de dietilenglicol (DEG) y etilenglicol (EG).
Se trata de sustancias químicas tóxicas que se utilizan como disolventes industriales y agentes anticongelantes que pueden ser mortales incluso en pequeñas cantidades y nunca deben encontrarse en los medicamentos.
La OMS emitió tres alertas médicas mundiales que abordan estos incidentes: en Gambia e Indonesia (octubre y noviembre de 2022, respectivamente) y en Uzbekistán, en enero de 2023.
Estas alertas de productos médicos solicitaban, entre otras cosas, la detección y eliminación de medicamentos contaminados de la circulación en los mercados, y mayor vigilancia y diligencia dentro de las cadenas de suministro de los países y regiones que probablemente se verán afectados.
También pedían la notificación inmediata a la OMS si estos productos deficientes se descubren en el país, e informar al público de los peligros y efectos tóxicos de los medicamentos de calidad inferior en cuestión.
Además, detalló medidas a adoptar por parte de reguladores, gobiernos, proveedores, fabricantes y distribuidores de productos médicos.
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