Según la revista Frontiers in Immunology, seis meses después de sufrir dicha dolencia puede observarse un impacto negativo en varios tipos de células inmunitarias, entre ellas, las dendríticas, necesarias para la activación de esa ordenación.
El sistema inmunitario consta de dos partes, el innato y el adaptativo.
La reacción del primero es rápida pero no precisa, en el segundo caso si es específica, activándose más tarde, cuando hay una infección. Este último aprende a atacar a los virus y bacterias que el cuerpo encontró.
El sistema inmunitario específico también funciona como memoria, de modo que se puede vencer la infección mucho más rápido la próxima vez que el organismo se encuentre con el mismo patógeno.
Las células dendríticas son, por tanto, un vínculo estrecho entre los sistemas inmunitarios innato y adaptativo.
Los investigadores hallaron una conexión entre la gravedad de la enfermedad y el impacto en las células dendríticas.
Cuanto mayor es el nivel de proteína C reactiva aumenta rápidamente los procesos inflamatorios del organismo, y más lentamente se recuperaban las células dendríticas.
Los científicos recomendaron administrarse los medicamentos en la fase más temprana posible de la infección, para reducir la inflamación.
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