Desde 2019, el valor de la lira descendió en más del 95 por ciento, tras fijar una tasa de mil 507 en 1993 y décadas de despilfarro, mala gestión y corrupción que arrastraron a la nación a la actual crisis económica y financiera, de acuerdo con expertos.
Según aplicaciones en línea, la lira alcanzó un precio en entre 52 mil 500 y 52 mil 700 por cada billete verde; mientras, la plataforma Sayrafa, afiliada al Banco Central, calcula el dólar en 38 mil.
En los círculos políticos corre el rumor de la intención del gobernador del Banco Central, Riad Salameh, de subir el precio o adoptar nuevos trámites, a fin de controlar la demanda del dólar y la especulación.
Ayer, el volumen de negociación en Sayrafa ascendió a 65 millones de dólares, según los tipos de cambio de las operaciones que realizan los bancos e instituciones cambiarias en la plataforma.
En este contexto, el economista libanés Ziad Nasreddine puntualizó que la reciente investigación de expertos de Francia, Alemania y Luxemburgo a figuras financieras del país constituye un indicio y un comienzo para poner los ojos de Occidente sobre los fondos en sus tierras.
Los próximos años revelarán la catástrofe del colapso del sistema financiero en el país y la falta de transparencia y leyes para proteger el dinero de los depositantes, subrayó el analista en un artículo para la web de Al Mayadeen.
Durante más de dos años y medio, los bancos del país impusieron restricciones sobre el dinero de los depositantes en moneda extranjera, especialmente el dólar, y establecieron estrictos límites para retirar sus fondos en libras libanesas.
Cifras del Banco Mundial indicaron que Líbano ocupó el segundo lugar a nivel global en la inflación de los precios de los alimentos en 2022 e informes de entidades de Naciones Unidas situaron al 80 por ciento de la población por debajo del umbral de la pobreza.
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