En medio del desplome sin precedente de la libra libanesa que en horas superó el cambio de 56 mil por cada dólar estadounidense en el mercado informal, los manifestantes realizaron una sentada frente a la institución, en el barrio de Hamra, en la capital.
Según la Agencia de Nacional de Noticias, los ciudadanos calificaron de desleal e injustas las circulares emitidas por el gobernador en el derecho de los depositantes en los bancos libaneses y su contribución al robo de su dinero y el sustento de la familia.
La protesta provocó el cierre de la carretera de Hamra con neumáticos en llamas y las personas tildaron a Salameh y a la Asociación Bancaria de corruptos y ladrones.
En la movilización, los pobladores condenaron la subida del valor del dólar frente a la moneda nacional, así como la mala gestión del Estado, el robo de sus instalaciones y recursos públicos, la codicia de los comerciantes y el caos de precios sin control.
Por su parte, varios jóvenes con llantas de goma y contenedores de basura bloquearon el camino entre la Torre Norte y la ciudad de Tiro en rechazo a las condiciones de vida y económicas, la devaluación de la libra, el incremento del tipo de cambio del dólar y los precios del combustible.
De acuerdo con reportes locales, en Trípoli, Akkar y Baalbek también acontecieron cierre de carreteras, rotondas y avenidas en reclamo de una solución a la actual crisis económica, financiera y social del país.
Las medidas tomadas por el Banco Central, a través de la plataforma Sayrafa, con una tasa de 38 mil libras libanesas por dólar, no pudieron frenar el continuo desplome de la moneda, en ausencia de cualquier indicio de un control en el cambio, reflejó el canal Al Manar.
Desde las elecciones parlamentarias el pasado 15 de mayo, el valor de la libra libanesa disminuyó significativamente frente al dólar en el mercado paralelo y su deterioro repercute en el alza de los precios a los combustibles.
Expertos situaron en más del 95 por ciento el descenso de la libra libanesa, tras fijar una tasa de mil 507 en 1993 y décadas de despilfarro, mala gestión y corrupción.
Cifras del Banco Mundial indicaron que Líbano ocupó el segundo lugar a nivel global en la inflación de los precios de los alimentos en 2022 e informes de entidades de Naciones Unidas situaron al 80 por ciento de la población por debajo del umbral de la pobreza.
En este contexto, el país sortea su cuarto vacío de poder después de la independencia, sin presidente de la República tras 11 sesiones fracasadas en el Parlamento y bajo un gobierno interino.
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