Estas y otras reflexiones serían pocas para resumir lo que literalmente puede destacarse como la lucha inclaudicable del pueblo saharaui frente a la ocupación de sus territorios por parte de Marruecos.
En el vasto desierto del Sáhara, el Frente Polisario acaba de renovar su confianza en Brahim Gali para un nuevo mandato de tres años, al obtener el 69 por ciento de los votos en el XVI Congreso de la organización.
Un cónclave realizado en Dajla, uno de los campamentos de refugiados de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) bajo soberanía argelina, donde se replican los nombres de las zonas ocupadas en el Sáhara Occidental (El Aiún, Ausserd, Rabuni, Smara y Bojador, además de Dajla).
Gali alcanzó mil 253 sufragios, muy por encima de su contendiente, Bachir Mustafá, quien logró 563 (31 por ciento). De tal forma, la Secretaría General del Frente Polisario permanece en manos de su líder, quien continuará igualmente como presidente de la RASD.
Se trata de los cargos principales en la lucha armada del pueblo saharaui por su independencia, soberanía y derecho a la autodeterminación en los territorios del Sáhara Occidental, controlados por Marruecos en un 80 por ciento.
Asimismo, el Gobierno de la RASD es el encargado de adelantar las relaciones internacionales y el manejo de la diplomacia en favor del objetivo central.
Bachir Mustafá, hermano del fundador del movimiento, Luali Mustafa, era ministro asesor de la Presidencia de la RASD y disputó la máxima responsabilidad del grupo a Gali, quien lo ostenta desde 2016.
El Congreso se efectuó en Dajla desde el pasado 13 de enero, con la presencia de más de 370 delegados extranjeros, muchos de ellos de América Latina y el Caribe. Sobre la base del lema del evento, “Intensificar la lucha armada para expulsar al ocupante e imponer la soberanía”, la cita se extendió tres días más de lo previsto.
Terminó con la elección de los 27 miembros del secretariado y el programa de acción del Frente Polisario para el próximo período. La inclusión de figuras nuevas y más mujeres buscan dar mayor frescura a la lucha del pueblo saharaui, que no dejó de insistir en la idea de que se siente traicionado por el cambio de postura del Gobierno de España.
No obstante, confía en que la comunidad internacional terminará por reconocer la validez de su causa para así recobrar sus territorios. Actualmente, 170 mil saharauis viven en campamentos en Argelia y se calcula que otros 500 mil andan dispersos por distintos países.
(Tomado de Orbe)