«Las algas tienen un gran potencial comercial y medioambiental como alimento nutritivo y componente básico de productos comerciales como piensos, plásticos, fibras, gasóleo y etanol”, subrayan los expertos citados en la revista Nature Sustainability.
Aseguraron que la expansión del cultivo de algas marinas podría ayudar a reducir la demanda de cultivos terrestres y disminuir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero de la agricultura.
Los investigadores propusieron cultivar más de las 34 especies de algas y calcularon los beneficios medioambientales al tener en cuenta el uso del suelo, del agua, los fertilizantes y de las emisiones.
Existen millones de hectáreas de océano disponibles para este empeño y sería interesante, en opinión de los especialistas, en un escenario dado para 2050 sustituir el 10 por ciento de la dieta humana mundial por productos derivados de las algas marinas.
Los científicos alertaron que esta solución tendría que llevarse a cabo con cuidado, para evitar desplazar los problemas de la tierra al océano.
Las algas son excelente fuente de vitaminas A, B1, B12, C, D y E, riboflavina, niacina, ácido pantoténico y ácido fólico.
El contenido de minerales en las algas es alto, entre ellos se incluyen el sodio, calcio, potasio, cloro, sulfuro y fósforo.
Las algas también contienen compuestos bioactivos de alta capacidad antioxidante como los caroteinodes y polifenoles que provienen de los pigmentos naturales de estas.
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