La reconocida publicación divulgó un texto en el que revela confianza en el nuevo gobierno de Lula con respecto a la economía nacional.
Asegura que, con la asunción al poder del fundador del Partido de los Trabajadores, el 1 de enero, «las perspectivas económicas de Brasil están mejorando».
Cita una serie de factores internacionales, que combinados a los anuncios hechos por la nueva administración, pueden facilitar el flujo económico del país en los próximos años.
En el contenido, la revista hizo una especie de comparación entre los dos momentos en que Lula gobernó (2003-2010) y señala que el escenario económico del inicio de la década del 2000 no se repetirá a lo largo del tercer mandato del líder progresista.
Para The Economist, el éxito económico de las gestiones anteriores fue resultado de una combinación de factores, «como demanda creciente por las exportaciones de commodities (materias primas) de Brasil, bajas tasas de interés globales y dólar en caída».
La calificación inicial sobre su tercer mandato, según la revista, era trágico, constituido por elementos globales y domésticos.
En el plano internacional, las proyecciones eran de «débil crecimiento global, caída de los precios de las commodities y aumento de las tasas de interés».
Internamente, el extornero mecánico comenzaría el nuevo gobierno heredando una crisis política con los ataques a la democracia, los impactos de la pandemia de Covid-19 en la economía y los problemas económicos.
La probable conclusión ante este cuadro, según la fuente, era de «un mal momento para que Lula regrese a la presidencia».
Casi un mes después de la posesión, la realidad es diferente de los que las previsiones dibujaban y la revista concluye que el momento del exsindicalista «no parece tan infeliz».
Lo que fundamenta esta interpretación es la expectativa con la reducción de la tasa de inflación en el mundo, la resistencia de América y Europa ante una probable recesión, y la relajación de la política del llamado Covid Cero en China animan los mercados globales, favoreciendo a Brasil.
Además, The Economist cree que el precio de los productos básicos y la reanudación de las negociaciones del acuerdo entre Mercado Común del Sur y la Unión Europea reavivan nuevos horizontes para el gigante suramericano.
Este panorama lleva a la revista a concluir que las perspectivas económicas son más positivas, aunque bajo un escenario desafiante.
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