En un comunicado divulgado por su portavoz, Stéphane Dujarric, el titular de ONU calificó de abominable el ataque contra el centro de culto que dejó un saldo preliminar de 44 muertos y 157 heridos.
La libertad de religión, la libertad de creencias y la capacidad de practicar el culto en paz es un derecho humano fundamental, remarcó Guterres.
El representante envió además sus más sentidas condolencias a las familias de las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos.
Asimismo, reiteró la solidaridad de Naciones Unidas con el Gobierno y el pueblo de Pakistán en sus esfuerzos para abordar el terrorismo y el extremismo violento.
De acuerdo con reportes de prensa, el siniestro ocurrió cuando un atacante suicida detonó una bomba dentro de una mezquita en Peshawar, capital de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa.
Según la policía local, la explosión se reportó durante la oración de la tarde, mientras un gran número de fieles se reunió para rezar.
Cerca 260 personas permanecían en el interior del templo, situado cerca de un bloque de viviendas de la policía, cuando se produjo el hecho.
Varias personas quedaron sepultadas bajo los escombros luego de que una parte del edificio se derrumbó a causa de la explosión, dijo el comisario de Peshawar, Riaz Mehsood.
La organización terrorista Tehreek-i-Taliban Pakistan (TTP) reivindicó la autoría del suceso.
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