Según Listín Diario, durante el mes recién concluido las noticias enlutaron esta sociedad desde el mismo primer día del año cuando se produjeron seis hechos de sangre.
Puñaladas por discusiones o por su pareja; el rozar un automóvil con una rueda de la motocicleta; el enfrentamiento entre jóvenes como ocurrió en el sector La Malena, en la provincia La Altagracia, fueron algunas de las causas de las muertes.
Sumadas a que el primer día del año fue asesinado el segundo teniente de la Fuerza Aérea de República Dominicana, Carlos Marte, durante un tiroteo en El Callejón de Los Perros, en Villa Faro, Santo Domingo Este y días más tarde, el 16 de enero, Jean Carlos Viola fue muerto por impactos de bala propinados por un supuesto asaltante.
Y que decir de los raptos, van dos bien sonados, el primero se produjo la madrugada del 21 de enero en el Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Minas, cuando una recién nacida fue raptada por una mujer disfrazada de enfermera y sustrajo a la criatura.
Un hecho similar ocurrió en el municipio La Guáyiga, provincia Santo Domingo, donde una pareja de esposos fue presuntamente raptada el pasado día 23 luego de que desconocidos penetraran a la vivienda y se los llevara de una forma sigilosa.
Pero como si fuera poco, el pasado 27 de enero, un miembro de la Policía en Castañuelas, provincia Montecristi asesinó de varios disparos a Jaraly Romero, quien era madre de un niño de 10 años.
Finalmente, ese mismo día un hecho estremeció a todos, una madre estranguló a su hija de 12 años, en La Vega.
La sociedad dominicana mira atónita estos sucesos y desde ya se plantea este enero fue uno de los más violentos de esta nación que sigue sufriendo de este flagelo diseminado y mortal el cual trae aparejado dolor a las familias dominicanas.
Como plantean los especialistas, las causas están ahí, sobre ellas debe trabajarse con urgencia para tratar en lo posible de dejar estos males que persisten y tanto duelen.
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