La vistosa actividad se inició en el monumento a Madero en la Avenida Juárez y concluyó en el Zócalo, con el presidente Andrés Manuel López Obrador al frente, y escoltado por los jefes de las secretarías de Defensa y Marina.
El 9 de febrero de 1913 algunos generales y efectivos militares se levantaron en armas en contra del presidente Francisco I. Madero, golpe que fue repudiado por cadetes y soldados de la academia.
Desde entonces las fuerzas armadas conmemoran ese hecho histórico con un vistoso desfile seguido de una ceremonia en la que el discurso principal lo pronuncia el secretario de Defensa, en este caso el general Luis Cresencio Sandoval, aunque la encabeza el presidente.
En la Plaza de la Constitución, nombre oficial del popular Zócalo, se instaló un amplio presídium que acogió a altos cargos militares de todas las ramas, integrantes del gabinete e invitados especiales, y allí el mandatario estuvo acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México implementó un dispositivo para garantizar la movilidad tanto vehicular como peatonal durante el corto tiempo que duraron el desfile y la ceremonia.
La variante este año fue que la marcha no salió como se acostumbra del Castillo de Chapultepec, sede del antiguo Colegio Militar que dio a la patria a los niños héroes durante la invasión militar de Estados Unidos a México de 1946-1948 cuando se robaron la mitad del territorio mexicano.
Con el paso de los años se ha convertido en una expresión de apoyo de las fuerzas armadas al presidente de la República en ejercicio.
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