La Central Nacional de Obreros y Obreras de Haití reclamó a los dueños de fábricas del sector textil, abstenerse de expulsar de manera arbitraria a los empleados y culpó también al Estado por no proteger el derecho de los trabajadores.
Según la asociación, las fábricas cierran porque no existe el Estado mientras las autoridades crean pandillas e inseguridad en todo el país.
Además, criticó que el Gobierno, a través del Ministerio de Asuntos Sociales y Trabajo, supuestamente permitió a los dueños de las compañías cesar sus funciones sin pagar las cotizaciones a la seguridad social, en particular al Seguro Nacional de Vejez.
El movimiento sindical haitiano amenazó con llevar el caso a las más altas instancias si persisten las cesantías. La semana pasada S&H Global, una de las mayores fábricas textiles del país, anunció el cierre de una de sus plantas ante la crítica situación nacional que provocó retrasos en los envíos y cancelaciones de pedidos.
La compañía que pertenece a Sae-A Tranding Co. Ltd, fabricante de prendas de Corea del Sur, explicó que, como consecuencia de los problemas recurrentes, los clientes optaron por contratar a otros proveedores y manufacturas en países del Caribe y Centroamérica.
La decisión de S&H Global implica el despido de unos tres mil 500 trabajadores en momentos en que los índices de pobreza e inseguridad se dispararon en Haití, y la influencia de las pandillas dificulta las actividades económicas.
Con anterioridad, otras fábricas como Go Haiti dejaron sin ingresos a 800 trabajadores, a lo cual se suma la acusación contra el director general de Val D’Or, Robert Rothbaum, que presuntamente cerró de forma ilegal y sin aviso previo una empresa manufacturera en Puerto Príncipe, y huyó con los salarios e indemnizaciones de mil trabajadores.
Sindicalistas alertaron que al menos 15 mil obreros, casi el 27 por ciento de los trabajadores de la industria de la confección, podrían quedarse sin empleo, mientras el país se encuentra inmerso en una grave crisis política, de seguridad y económica, con una inflación que superó el 48 por ciento y el desplome de la moneda nacional frente a otras divisas.
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