Según el diario turco Cumhuriyet, Coskun es responsable del desplome de un edificio de lujo con centenares de personas dentro, en la provincia de Hatay.
Sin embargo, la publicidad aseguraba que se había levantado siguiendo los criterios más estrictos de calidad y seguridad.
La lujosa edificación, reducida a escombros, es un símbolo de la mala calidad de las construcciones en una peligrosa zona sísmica, agrega la información.
El gobierno turco declaró recientemente que exigirá responsabilidades a las compañías constructoras violadoras de las normas exigidas para la protección contra terremotos, y la fiscalía inició ya las investigaciones correspondientes.
Por otra parte, David Alexander, catedrático de Planificación y Gestión de Emergencias del University College de Londres dijo la víspera que la intensidad máxima de este terremoto fue violenta, pero no necesariamente obligatoria para derribar edificios bien construidos y apuntó que la mayoría no cumple ningún código de construcción antisísmica razonable.
Las normas de construcción se endurecieron tras catástrofes anteriores, como la ocurrida en 2018.
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