Su nombre es Catedral Metropolitana de la Asunción de la Santísima Virgen María a los Cielos de la Ciudad de México y es la más grande de América Latina.
Con esa iglesia española, construida con las piedras del Templo Mayor de la Gran Tenochtitlan y del Templo de Huitzilopochtli -destruidos para enterrar las creencias de los pueblos originarios-, los españoles impusieron la cristianización europea como hicieron donde quiera que plantaron sus botas.
Lo cierto es que la catedral marchó con los tiempos. La primera versión quedó pequeña y desapareció virtualmente en un larguísimo proceso constructivo de 289 años hasta terminar la que vemos actualmente, tiempo en el cual ha sufrido pocas transformaciones.
Pero con los sismos, en particular el de 2017, la iglesia fue enlistada entre los edificios históricos que debían ser reforzados y reparados puntalmente, lo que ocurrió en los dos últimos terremotos de noviembre de 2022, y como suele ocurrir en México, los trabajos de mantenimiento y restauración registraron un importante hallazgo entre sus paredes, pisos y sótanos.
Hace poco más de un mes, el 30 de diciembre concretamente, cuando ya el sol estaba en lo más alto de su cenit, los obreros fueron sorprendidos por una baldosa de barro que cubría un nicho orientado al norte, y dejó al descubierto una pequeña caja rectangular de plomo con una inscripción en latín.
Expertos de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, fueron notificados del hallazgo y llegaron en tromba con la orden de seguir buscando, lo que permitió localizar un total de 23 cajas similares, con inspiraciones religiosas que contienen distintas pinturas, cruces de madera y palma, así como fragmentos de posibles medallones de barro y cera.
Balandro Campos, especialista en esos asuntos, concluyó que el hallazgo data de la época final de la construcción de la catedral, y las cajas contienen imágenes de los santos que tienden un manto de protección al recinto catedralicio.
La propiedad de lo hallado, por supuesto, es de la Iglesia Católica la cual ha adelantado que las cajas regresarán a sus lugares de origen, aunque permitió la divulgación de los objetos encontrados y la investigación de sus propios expertos para conocer lo que cada una de ellas “cuenta”.
(Tomado de Orbe)