La delegación del Gobierno afirmó estar lista para la nueva fase de los diálogos, enmarcada en la construcción de una paz completa y definitiva, bajo la coordinación de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
Agradeció la hospitalidad de ese país garante junto con Venezuela, Cuba, Chile, Noruega y Brasil, en tanto destacó que la mesa de conversaciones seguirá teniendo el acompañamiento permanente del secretario general de Naciones Unidas, a través de su Representante Especial en Colombia y los delegados de la Conferencia Episcopal de Colombia.
Mientras, Suecia, Alemania, Suiza y España estarán en calidad de países acompañantes en este segundo ciclo, señaló la Oficina.
Resaltó que la presencia de estas naciones e instituciones es una muestra de su confianza y apoyo continuo para la consolidación de la paz en Colombia.
Adicionalmente, se suma la Policía Nacional a los observadores de las Fuerzas Militares, completando así la plena participación de las fuerzas armadas, precisó.
«Estamos seguros de que, durante el ciclo de Diálogos de Paz que comienza, se avanzará en los temas acordados y, al finalizar, saldrá fortalecido el liderazgo de la Mesa de Diálogos, el apoyo de la comunidad internacional y la confianza de la sociedad colombiana en el proceso”, manifestó.
Los temas de esta nueva etapa están relacionados con el cese el fuego y la participación de la sociedad colombiana en la construcción de la paz.
LA PAZ TOTAL UN OBJETIVO NECESARIO
Aunque las pláticas apenas pasaron a una segunda etapa, luego de resultados positivos y desencuentros -ya resueltos- entre las partes, lo cierto es que llegar a este punto genera optimismo para muchos, en un país donde la guerra sigue siendo un asunto del presente.
Desde el 1 de enero al 8 de febrero de este año fueron perpetradas 14 masacres con saldo de 44 víctimas, además, 14 líderes sociales y defensores de derechos humanos y un exguerrillero en proceso de reincorporación fueron asesinados, según el Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Aunque las cifras son menores a las de igual período de 2022 (21 líderes y defensores, cuatro exguerrilleros y 19 masacres) no dejan de ser alarmantes.
Con miras a desterrar la violencia en Colombia, el gobierno de Gustavo Petro impulsó la modificación, adición y prórroga de la Ley 418 de la Paz Total, que define la política de Estado para la solución definitiva del conflicto armado.
Con ese fin, también emitió el decreto del Cese al Fuego Bilateral y Temporal entre el Gobierno y varios grupos armados como la Segunda Marquetalia, Comandos de la Frontera, Coordinadora Guerrillera del Pacífico; el Estado Mayor Central; las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.
No obstante, de acuerdo con un informe de Indepaz, del 1 al 31 de enero fueron registrados 29 hechos considerados como violaciones del cese bilateral, como homicidios de civiles, secuestros, enfrentamientos armados, desplazamientos y confinamientos, entre otros.
CONSTRUIR LA PAZ URBANA
El gobierno de Colombia confirmó a finales de enero pasado que desde hace más de cuatro meses comenzó un proceso con grupos armados que operan en la ciudad de Medellín y su área metropolitana para construir la paz urbana.
La Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) destacó que durante este tiempo tuvo lugar la fase de acercamiento, que cuenta con mecanismos de verificación de la reducción de la violencia.
El cese de torturas, desapariciones y asesinatos como compromiso básico de los grupos armados fue el punto de partida para generar confianza entre las partes y el Gobierno, subrayó.
Este proceso de transición al estado de derecho brinda garantías para sus participantes y tiene como propósito la no repetición, la memoria y el respeto a las víctimas, y las transformaciones urbanas que traigan seguridad humana a la ciudadanía, resaltó.
Todas estas acciones del Gobierno van acompañadas de un conjunto de reformas políticas, sociales y económicas para que el proceso de paz sea integral.
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