«Todo lo que hemos hecho en 13 años fue destruido en seis años. Ese genocida (en alusión al derrotado mandatario Jair Bolsonaro) deberá ser juzgado por la cantidad de inocentes en este país», indicó Lula en un acto político como parte de las conmemoraciones por los 43 años del PT, creado el 10 de febrero de 1980.
Señaló que la organización política, de la cual es fundador, no puede olvidar de dónde vino, al aludir a las movilizaciones populares que ayudaron a su creación.
Llamó a tender la mano a aquellas personas que más necesitan y recordó que el PT es «el partido de izquierda más importante de América Latina».
El exsindicalista criticó además a los gobiernos de Michel Temer (2016-2018) y Bolsonaro (2018-2022), al recibir un Brasil en 2023 mucho peor que el de 2003, año de su primera asunción al poder.
Defendió un «proceso de limpieza» para aislar socialmente a las personas que practican discursos de odio e invitó a fortalecer el diálogo con la sociedad civil, resaltando la importancia de la apertura para críticas y paciencia en la explicación de sus pautas.
Anteriormente, la expresidenta Dilma Rousseff (2010-2016) aseguró en el acto que el partido está «comprometido con ideales de inclusión social, lucha por la igualdad social, de raza, de género, por el fin de todas las fobias».
La timonel del PT, Gleisi Hoffmann, también refirió que la organización política fue creada para cambiar Brasil, «con inmensa responsabilidad, porque el pueblo brasileño nos confirió una vez más la misión de conducir el Gobierno, a través de nuestro siempre presidente Lula, para reconstruir un país destrozado y rescatar la esperanza en un futuro mejor y más justo».
Para Hoffmann, el PT resulta fruto de la sabiduría política de la clase obrera brasileña y de los excluidos a lo largo de la historia, «conciencia forjada en la lucha por mejores condiciones de vida, en la ciudad y en el campo, en las organizaciones de base, en las grandes movilizaciones».
La diputada recalcó que el partido nació luchando por la libertad y la democracia, en un momento en que Brasil estaba oprimido por la dictadura militar (1964-1985).
«Nació para dar voz a la inmensa mayoría silenciada por la violencia y la miseria. Nuestra fuerza brotó en los sindicatos de trabajadores urbanos y rurales, en las comunidades eclesiales de base, recibiendo la importante contribución de notables militantes políticos e intelectuales comprometidos con los ideales de igualdad y justicia social», remarcó.
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