Bloqueo de carreteras, incendio de neumáticos, automóviles en llamas y protestas en la entrada de sucursales bancarias marcaron el escenario del país, a la luz del colapso de la moneda nacional.
En la capital, la Brigada de Bomberos impidió la propagación del fuego en varios bancos, ubicados en las zonas de Badaro y Hamra; en tanto, rotondas y cruces quedaron cerradas con obstáculos y llantas quemadas por los ciudadanos en repudio al alza de precios.
La ola de protestas llegó a las regiones del sur de Saida y el norte de la Bekaa y Trípoli, para denunciar la agudización de la crisis y la demanda del dólar estadounidense.
Por su parte, el volumen de negociación en la plataforma oficial del Banco Central, Sayrafa, ascendió a 15 millones de dólares, tras incrementar el cambio a una tarifa de 44 mil 100 libras libanesas por cada billete verde.
En este contexto, el secretario general de Hizbulah, Hassan Nasrallah, denunció que la situación actual en la nación responde a la presión estadounidense y la política de retiro de fondos y depósitos de manera planificada.
La máxima figura de la Resistencia islámica libanesa explicó que ahora hay un desafío para confrontar las herramientas mediáticas, políticas y económicas de Washington, fundamentalmente el alza del precio del dólar con respecto a la libra libanesa.
Según el líder de Hizbulah, lo que ayuda a Estados Unidos en su plan es la presencia de la corrupción y los errores en las administraciones del país objetivo; en ese sentido, convocó a cooperar para derribar el proyecto de dominación.
De acuerdo con economistas, el deterioro del valor de la moneda nacional y el alza de la demanda del dólar responde al levantamiento gradual del Banco Central de los subsidios a la importación de los principales productos básicos, el último de los cuales resultó el combustible.
Al mismo tiempo, los expertos enfatizaron que, durante más de dos años y medio, los bancos del país impusieron restricciones sobre el dinero de los depositantes en moneda extranjera, especialmente el dólar estadounidense y establecieron estrictos límites para retirar sus fondos en libras libanesas.
El 1 de febrero, Líbano entró oficialmente en una nueva fase de su historia económica, con el inicio de las operaciones al nuevo tipo de cambio de 15 mil libras por dólar, para abandonar la tasa de mil 507 utilizada desde 1997.
Cifras del Banco Mundial indicaron que Líbano ocupa el tercer lugar a nivel global y es el primer país árabe en la inflación de los precios de los alimentos; en tanto, informes de entidades de Naciones Unidas sitúan al 80 por ciento de su población por debajo del umbral de la pobreza.
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