En los últimos días, la insatisfacción del pueblo ha ido en aumento hasta el punto de protagonizar manifestaciones en Rabat, convocadas por el Frente Nacional Marroquí, organización que engloba a asociaciones de derechos humanos, partidos de izquierda y sindicatos, acompañadas de otras en varias ciudades.
En esta capital un grupo de personas se congregó frente al Parlamento y alzaron una pancarta exigiendo la libertad inmediata para los presos políticos y corearon eslóganes pidiendo la liberación de periodistas como Souleiman Raisuni y Omar Radi, condenados a varios años de prisión en procesos denunciados por Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
“No hay ni educación, ni sanidad”, “¿Dónde está nuestra riqueza?”, “Queremos libertad”, “Nos quieren llevar a la mendicidad”, “Habéis educado a vuestros hijos y machacado a los hijos del pueblo”, gritaban los manifestantes.
Otras de las consignas enarboladas era: No a la destrucción del poder adquisitivo de los ciudadanos, mientras denunciaban la responsabilidad del Gobierno, que está intentando frenar la subida poniendo veto a algunas exportaciones y levantando aranceles a la importación.
El presidente del ejecutivo, Aziz Ajanuch, aseguró el pasado jueves que los precios bajarán en las próximas semanas antes del mes de ayuno de Ramadán (22 marzo-20 abril), donde el consumo se dispara.
Este no es solo un mes de ayuno para los musulmanes, es un periodo de máxima espiritualidad donde la oración y el sacrificio que implica la renuncia a los alimentos son la manera de renovar la fe y acercarse a Alá.
Además, es una época del año que también implica alegría y celebración, porque es el momento de reforzar los lazos de unión con la familia, los amigos y la comunidad islámica.
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