Es el desfile de las Llamadas, o comparsas, donde ella, la anciana más sabia, representa la guía espiritual de los pueblos que resultan en la génesis del candombe.
También a la cabeza marcha el gramillero, con sus yuyos de curandero, aunque también lleva bastón como símbolo de mando, reservado también para los ancianos.
Junto a estos dos personajes se mueve el escobero, quien representa la espiritualidad, el misticismo.
La calle Isla de Flores, el segundo fin de semana de febrero, acogió a más de 40 comparsas de diversos barrios de la capital, del interior e incluso una de uruguayos residentes en Australia. Miles de personas asistieron al espectáculo.
Candonga Africana fue la ganadora según decisión del jurado. Es la primera vez que una agrupación no capitalina se encarama en el podio de esta categoría, entre otras que conforman el carnaval más extenso del mundo, según sus organizadores.
La Candonga Africana desfiló con 146 componentes y su propuesta artística fue un homenaje a los 300 años que cumplirá Montevideo en 2024.
Resulta parte de la 56 de la competición carnavalesca de Montevideo, que en la madrugada de este domingo dará a conocer el veredicto de las agrupaciones ganadoras en sus diversas categorías.
Los orígenes van de la mano de los asentamientos que se originaron en Montevideo, cuyo puerto fue entrada para la trata de esclavos.
También se suma la huella y fusión cultural de pueblos indígenas, charrúas, guaraníes y otros, dijo a Prensa Latina el músico e investigador Álvaro Salas, director de la Escuela de Candombe de la organización Mundo Afro.
Las comparsas más antiguas fueron Raza Africana, de 1867, y Los Pobres Negros Orientales, de 1869, que “realizaban obras, coreografías de música y de danza en escenarios montevideanos”, explicó la investigadora Leticia Rodríguez al rotativo La Diaria.
En 1874 desfilan los lubolos, como se hacían llamar blancos de clase alta que se pintaban el cuerpo de negro e intentaban imitar las danzas, música e incluso la forma de hablar de los antiguos esclavos.
El candombe como lo conocemos hoy empezó a tener fuerza a partir de 1930 o 1940. Las bailarinas y componentes típicos empiezan a actuar delante; también cambian las sonoridades y la forma de sonar y hacer los tambores.
Pero el profesor de percusión Alejandro Focco explica que hay que diferenciar entre la comparsa y el candombe, “porque ha cambiado todo”.
En pocas palabras quiere decir que no es lo mismo el espectáculo que se arma para el carnaval al toque a nivel de vecinos o barrios.
Está extendido el acuerdo de que existen tres toques madre: Cuareim, Ansina y Cordón. Sin embargo, Focco opinó que “hay toques de barrios que quedan afuera”.
Antes había una menor cantidad de tambores, entre 15 y 30 y hoy suman hasta 70 por comparsa.
Focco refiere el uso de diversas maderas para el toque rítmico y coincide en que la más conocida es la clave.
“Hay muchas teorías de que podría ser la última tradicional, pero al mismo tiempo está en muchos países como célula rítmica propia. La más famosa tal vez sea la clave de son cubano, a la que asociamos la nuestra”, concluyó.
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