Casi todas ratificadas en esta capital y con un efecto bumerán para la región, las restricciones se impusieron en apenas un año, poco antes de que el presidente Vladimir Putin ordenara el 24 de febrero de 2022 el inicio de una operación militar en Ucrania.
En enero del pasado año, en medio de una campaña mediática para hablar de una preparación de una acción bélica por parte de Rusia, la entidad comunitaria amenazó con aplicar sanciones draconianas contra Moscú.
Dos días antes del anuncio de Putin, la UE aprobó el primer paquete de restricciones que incluyó sanciones contra 383 personas naturales y cuatro jurídicas, así como 160 castigos por sectores.
Apenas cuatro días después, la organización regional dio el visto bueno al segundo bloque de medidas contra 99 personalidades y 99 empresas, mientras que cerró el espacio aéreo europeo para aviones de Rusia y prohibió la exportación a ese país de productos de doble uso.
El tercer paquete de castigos se estrenó hace un año, con el congelamiento de unos 300 mil millones de dólares del Banco Central de Rusia, depositados en instituciones financieras europeas, y la desconexión del sistema Swift de bancos rusos como BTV y Sovkombank.
La cuarta oleada contra Rusia llegó el 15 de marzo pasado e incluyó la eliminación de las importaciones de producciones de acero rusas y de la exportación de mercancías de lujo con valor superior a los 300 euros.
A finales del citado mes, un quinto grupo de restricciones suspendió la entrada a la UE de camiones desde Rusia y de barcos de ese país a puertos europeos, así como prohibió la importación de carbón, fertilizantes, cemento, caviar y vodka.
El sexto paquete fue de los más polémicos, por eso solo se aprobó el 3 de junio último e incluyó la suspensión escalonada de las importaciones de petróleo ruso, con un claro efecto bumerán para la UE.
La séptima intentona de cerco económico a Rusia abarcó la suspensión de la compra y traslado del oro, productos químicos y de la industria de maquinarias de ese estado euroasiático.
El octavo bloque de sanciones se aprobó a finales de agosto de 2022, para imponer restricciones a la posesión por los rusos de los llamados monederos de criptomonedas de la UE.
La novena ronda de medidas punitivas se aplicó el 16 de diciembre pasado, con la oposición de Hungría, para, además de la habitual ampliación de la lista negra, suspender las transmisiones de los medios de difusión rusos en toda la UE.
El décimo paquete aprobado ayer se refiere, básicamente, a la prohibición para la venta a Rusia de anteojos y compases, así como el paso por territorio ruso de productos de doble uso (militar y civil).
lam/to