Antes los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Quintana Roo, estado mexicano de la península de Yucatán, exploran el sitio que debe ser acondicionado para los visitantes, en tanto revisan su monumentalidad con rasgos de estilo Petén que albergó hasta cien mil habitantes.
Ichkabal se ubica a 30 kilómetros de la laguna de Bacalar y hasta el momento sólo ha sido explorado en tres ocasiones por investigadores, comentó a Excelsior el titular del INAH en la región, Margarito Molina.
Este sitio, ubicado por los arqueólogos en 1995, fue señalado por la experta Sandra Balanzario como posible origen de la dinastía Kaanu’l (el lugar de serpientes).
Molina destacó que hay 454 sitios arqueológicos registrados en Quintana Roo, como son Tulum, Chakanbakán, Dzibanché y Cobá, entre otros, pero solo 13 están abiertos al público.
Detalló además que Ichkabal tenía conexión con la ciudad maya de Dzibanché, a través de un sacbé (camino blanco), y aunque la temporalidad de ambos sitios es distinta, eso no significa que los habitantes no hubieran convivido, opinó el especialista.
“Seguramente este sitio tuvo relaciones económicas y políticas con otros del norte de Belice, del Petén guatemalteco, o con Calakmul, en Campeche, o Chakanbakán, en Quintana Roo”, dijo, y agregó que se sabe que Chakanbakán e Ichkabal se desarrollaron en la misma época.
Sobre el tema la investigadora Balanzario encontró que en Dzibanché y Kinichná gobernó la dinastía de los Kaanu’l, que hoy es un apellido muy vigente entre los habitantes de Yucatán, en el sureste mexicano.
El titular del INAH en la región consideró que posiblemente en Ichkabal hubo gobernantes con linaje, tenía su jerarquía, clase sacerdotal, guerreros, artesanos y agricultores que vivían en edificios periféricos, en construcciones de estructura perenne de techo de paja, guano o palma que casi desaparecieron, pero aún no hay información completa en este sitio, concluyó.
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