Prensa Latina conversó con él en entrevista exclusiva, cuando en Montevideo y otras ciudades del país suenan los tambores del candombe y marcan los tiempos y ritmos del carnaval.
Son días en que resulta más visible aquí la huella africana, que comenzó en aquella época en que los puertos de La Habana y Montevideo eran importantes receptores de cargamentos de esclavos africanos, como también ocurría del lado brasileño.
El aporte afro tiene varias aristas, explica, primero en lo rítmico que se refiere al candombe y que asocio al tambor, arraigado primero en Montevideo. De ahí se originaron nuestros toques.
“Pero no nos olvidemos que cuando se inició la colonización en América Latina había indios y aquí estaban los charrúas, guaraníes, guenoas, entre otros pueblos, entonces entra la fusión del tambor con la parte indígena”.
Salas Gularte entiende que cada comunidad tiene su identidad propia y de ahí viene la mezcla y la “buena música que se hace hoy”, aunque, acota, “no nos olvidamos de los toques madres”.
Lo mismo ocurre con la música cubana, el son y otros ritmos, apunta este consumado percusionista, quien se ufana de haber compartido diversos escenarios con músicos de la isla caribeña.
“Tuve el honor de tocar aquí en Montevideo con la orquesta Los Van Van durante su primer viaje a Uruguay. Ahí conocí a Juan Formell y toda su tropa”.
EL CANDOMBE
Candombe lo puedes definir por muchas cosas, nosotros tocamos cuatro tambores y en sí son tres: chico (rango bajo), repique (tenor) y piano (rango alto); cada uno tiene un rol que al juntarse forma una película rítmica, señala.
Cada uno tiene una función específica, son como lenguajes y cuando el del chico entra al del repique se forma una sesión y así sucesivamente para armar el candombe a golpe de tambores y sus líneas sonoras.
Afamado tamboril, reconoce diferencias “físicas” entre el tambor y otros instrumentos de percusión como la tumbadora y el bongó, que suenan en Cuba.
“Pero a todo músico que entienda el sonido del tambor, tenga la sabiduría espiritual de ese sonido, se nos hace práctico. Lo importante es el respeto y la mirada global de estar unidos al difundir nuestra música.
“Por eso toco tambor, candombe, bakoko, tumbadora, porque a fin de cuentas hay similitudes entre el son, el bolero y otros géneros musicales con el candombe”.
LA HUELLA RELIGIOSA
Para el músico uruguayo, la herencia africana también está presente en la huella religiosa, que une cultos con toques y cantos.
Tuve la suerte de ser facultado en Brasil. Cultivé todas las ramas de culto en América del Sur, Batuque, Umbanda y Kimbanda, dice y reconoce rango de babalorishá.
Refiere que a través de un médico naturista cubano, Carlos Vidal, surcó la religión afrocubana, “pero no me pude coronar porque ya lo estaba por la parte brasileña”.
“Pero estoy rayado palero en Cuba”, comenta en referencia a una práctica religiosa cubana de matriz cultural y lingüística mayoritariamente bantú.
Soy hijo de Changó, coronado con Ochún, enfatiza y muestra en sus muñecas atributos.
MUNDO AFRO
Es una organización no gubernamental que lucha contra la discriminación y el racismo en América del Sur. Está por cumplir 35 años y resulta la más veterana de su tipo y propósito en la región.
Mundo Afro forma parte del movimiento uruguayo de solidaridad con Cuba y en ella mi entrevistado se desempeña como director cultural, en particular de la Escuela de Candombe, que “va por 27 años y es reconocida a nivel internacional”.
Como difusor de la cultura afrouruguaya, imparte talleres en centros públicos y privados, y también en cárceles y centros de estudio para niños.
“No olvidemos lo que sufrieron nuestros antepasados, incluso la prohibición de practicar sus ritmos y cultos. Mundo Afro procura que no haya olvido y se reconozcan tradiciones y aportes culturales y nacionales”, subraya.
En estas jornadas carnavalescas se recuerda también el legado de Martha Gularte, la madre de Álvaro, una de las bailarinas más famosas del carnaval de Montevideo.
QUIERO IR A CUBA
Lo repitió más de una vez durante la entrevista y lo explica: “Cuando tenemos el tambor en la piel nos conjuntamos porque vinimos todos de la misma rama. La conga, la rumba, la clave, el guaguancó, el engoma, bakoko… Ave María, eso es riquísimo”.
«Aquí hay cubanos que les interesa tocar el candombe con el “tumbao” de allá. Y cuando eso suena, explota la vaina. A fin de cuentas, a la hora de sonar y bailar todo el mundo es Aché, se suman los negros y los blancos, que son negros claros”, concluyó.
*Corresponsal jefe en Uruguay
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