La actividad tuvo gran impulso del esencial sector de servicios, que se aceleró principalmente en el primer semestre.
«De ese 2,9 por ciento, los servicios fueron responsables por 2,4 puntos porcentuales. Además de ser el sector de mayor peso, fue el que más creció, lo cual demuestra su alta contribución en la economía en el año», afirmó Rebeca Palis, coordinadora de cuentas nacionales del IBGE.
Estímulos fiscales dados a la economía impulsaron los números, junto con el llamado efecto reapertura, en que el retorno a bares, restaurantes, salones de belleza, turismo y otras actividades provocó un aumento expresivo del consumo.
Para el segundo semestre, sin embargo, los dos fenómenos perdieron fuerza y causaron una desaceleración gradual de la mayor economía de Latinoamérica.
El resultado fue una caída del 0,2 por ciento en el cuarto trimestre del ejercicio, interrumpiendo una secuencia de cinco de esos periodos positivos.
Aun así, en relación con el cuarto trimestre de 2021, la actividad tuvo un avance del 1,9 por ciento en el pasado calendario.
En 2021, el PIB brasileño creció cinco por ciento, también a raíz de la recuperación económica tras los impactos de la pandemia de Covid-19.
Para 2023, la expectativa del mercado es de un bajo crecimiento de 0,84 por ciento.
El Fondo Monetario Internacional proyecta una subida de 1,2 por ciento del PIB de Brasil y de 1,8 para Latinoamérica.
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