Conocido como Tratado de alta mar, ese instrumento legal colocará al 30 por ciento de los océanos del mundo en áreas protegidas, destinará más dinero a la conservación marina y cubrirá el acceso y el uso de los recursos genéticos marinos.
El acuerdo conseguido por los delegados de la Conferencia Intergubernamental sobre Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional es la culminación de una serie de conversaciones facilitadas por la ONU desde 2004.
Guterres afirmó en un comunicado que se trata de un gran avance tras casi 20 años de negociaciones, una victoria para el multilateralismo y los esfuerzos globales por contrarrestar las tendencias destructivas que enfrenta la salud de los océanos, ahora y para las generaciones venideras.
En su opinión el tratado es crucial para abordar la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
También es vital, agregó, para lograr los objetivos y metas relacionados con los océanos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, refiriéndose al compromiso 30×30 que plantea proteger un tercio de la biodiversidad del mundo en tierra y mar para 2030, logrado en diciembre de 2022.
El titular de las Naciones Unidas reconoció el apoyo en la consecución del Tratado de alta mar de las organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil, las instituciones académicas y la comunidad científica.
Guterres aseveró que se seguirá trabajando “para asegurar un océano más saludable, resistente y productivo, que beneficie a las generaciones actuales y futuras”.
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