A todas luces, Japón y República Dominicana alcanzan dimensiones quijotescas si el designio es enaltecer glorias pasadas, incluso con individualidades capaces de coleccionar los vítores de los fanáticos en las cuatro justas que miramos por el retrovisor.
La nación asiática resulta la única con par de trofeos dorados en sus vitrinas, tras brillar en las dos primeras ediciones (2006 y 2009) y sellar el trabajo en las disputas de cierre ante Cuba (10-6) y Corea del Sur (5-3), en ese orden.
En ambas ocasiones, el exligamayorista Daisuke Matsusaka fue elegido el Jugador Más Valioso del torneo (MVP), por ello su presencia obligatoria en el Equipo Todos Estrellas histórico de la competición de marras.
Ese poderío alcanza mayor relevancia con un dato que no tiene desperdicio: solo Japón ostenta primeros escaños en todos los grandes torneos en materia de béisbol: Clásico Mundial (WBC), Juegos Olímpicos y Premier 12.
En caso de dudas, valga apuntar que Estados Unidos, monarca vigente (2017), no está lejos de lograr esa condición, pero le resta dominar la última lid referida, mientras Corea del Sur todavía sueña con ceñirse la corona del WBC.
Empero, el sabor latino igual tiene lo suyo, con los dominicanos en roles protagónicos después de su actuación invicta en 2013 (8-0) y la victoria final ante Puerto Rico (3-0) para poner en alto eso que llaman «Plátano Power».
De hecho, Países Bajos puede vanagloriarse de ser la única nación con balance positivo (2-1) frente a los quisqueyanos, dueños, además, del mejor récord de ganados y perdidos (18-6, .750), si bien los nipones suman 23 presentaciones felices.
Entre otras estadísticas, los caribeños destacan por la figura del cerrador Fernando «La Flecha» Rodney, líder en juegos salvados (ocho), una cifra que quedará inamovible al no hacer el grado en esta ocasión.
En esa línea, cobra realce la estelar hoja de servicios del venezolano Miguel Cabrera, quien quedará como el único pelotero presente en cada una de las ediciones. Sin embargo, el puertorriqueño Carlos Beltrán posee la mayor cantidad de encuentros (28).
Aunque quedó con la ilusión de igualar la hazaña de Cabrera, el cubano Frederich Cepeda dejó guarismos sensacionales en sus cuatro incursiones: líder en cuadrangulares (siete), carreras impulsadas (23) y anotadas (19), así como en dobles junto al canadiense Justin Morneu, ambos con ocho, más su subtítulo colectivo.
El neerlandés Wladimir Balentien desforró la redonda hace seis años, cuando estampó marca de cuatro bambinazos y 12 hombres traídos para el «home plate» en una misma justa, mientras su coterráneo Shairon Martis puede vanagloriarse del único no-hitter hasta el momento. Ambos volverán a vestir la casaca naranja en el cercano evento.
jf/jdg