Así lo señaló un reciente artículo del diario The Hill, que reconoce que, si bien su postura de derecha puede ayudarle a destacar en unas primarias republicanas, algunos en el partido dudan que sus puntos de vista atraerán a una franja más amplia de votantes en los comicios del próximo año.
Para el estratega del GOP (Grand Old Party, sobrenombre de la tolda conservadora) Kevin Madden, esa “es una preocupación legítima que va a tener que ser atendida en algún momento”.
“En este momento, su enfoque en temas culturales realmente no juega tan limpio en los sectores del país que realmente importan en una elección general, que son las áreas suburbanas alrededor de los Estados Unidos”, indicó el asesor.
La sesión legislativa anual de Florida está programada para comenzar este martes, y DeSantis podría tener una nueva ronda de victorias en varias de sus prioridades políticas.
Entre ellas están las propuestas para permitir a los residentes en ese estado llevar armas ocultas sin permiso, prohibir los programas de diversidad y equidad en los colegios y universidades públicas, así como debilitar las leyes allí que protegen a los medios de comunicación de las demandas, remarcó The Hill.
La sesión también podría eventualmente incluir un esfuerzo para restringir aún más el aborto en esa demarcación al sureste del país.
En opinión del periódico, esas victorias políticas podrían dar a DeSantis un impulso de cara a una campaña presidencial, aunque sigue sin anunciar su candidatura por la Casa Blanca.
Analistas esperan que la máxima autoridad de Florida notifique sus aspiraciones en algún momento después de que la legislatura estadual concluya su sesión en mayo.
De todas maneras, todavía tendrá que ganar la nominación del GOP antes de que pueda empezar a preocuparse por un sitio en el Despacho Oval, y las encuestas lo muestran en segundo lugar, detrás del expresidente Donald Trump (2017-2021), considerado líder indiscutible de los republicanos.
Sin embargo, las políticas de extrema derecha de DeSantis, al tiempo que generaron seguidores conservadores, lo convirtieron en objetivo de los demócratas.
Recientemente el miembro de la Cámara de Representantes Maxwell Alejandro Frost catalogó de fascistas las iniciativas del gobernador dirigidas a las personas negras y de la comunidad Lgbtiq+ (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer).
El congresista manifestó que el republicano está “actuando para convertir a las comunidades vulnerables en chivos expiatorios»; “es solo un problema para Florida ahora, pero en unos años, puede ser un problema para la nación», agregó.
Según el diario The Washington Post, los comentarios de Frost ocurrieron luego de que legisladores republicanos en Florida propusieran una nueva legislación para exigir a los maestros usar pronombres que coincidan con el sexo de los niños asignado al nacer y establecer un programa universal de vales escolares.
DeSantis también firmó el proyecto de ley de educación sobre los derechos de los padres, conocido como «No digas gay», que prohíbe a los profesores estaduales hablar sobre la orientación sexual o la identidad de género en las escuelas.
A su vez, el conservador recibió críticas a principios de este año después de que vedara la enseñanza del curso de Estudios Afroamericanos de Colocación Avanzada en el plan de de las instituciones educativas de esa demarcación.
El Comité Nacional Demócrata etiquetó al republicano como extremista y sucesor de la “agenda MAGA” (siglas de Make America Great Again, o Hacer a América Grande Otra Vez, consigna de Trump).
Jon Reinish, estratega demócrata, dijo que la persona ultraconservadora de DeSantis sería un “tremendo lastre” en una campaña nacional de elecciones generales, y agregó que cuanto “más lejos vaya no solo a la derecha, será más difícil para él virar de nuevo al centro”.
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