El portal G1 asegura que tal guarismo es un cinco por ciento superior al de 2021 (mil 337) y mayor desde que los asesinatos, causados por género, comenzaron a ser medidos en 2017.
Tal aumento ocurre a diferencia del número de crímenes sin condición de sexo, que fue el menor de la serie histórica del Monitor de la Violencia y del fórum.
Con 40,8 mil casos, el país tuvo uno por ciento menos muertes en 2022 que en el calendario anterior.
Si se consideran solo los homicidios de mujeres, lo que incluye también los casos que se clasifican como feminicidios, el dígito creció un tres por ciento de un año a otro (a tres mil 930).
De acuerdo con el estudio, al menos 12 estados registraron alta en el número de homicidios de mujeres y 14 registraron más víctimas de feminicidio de un año a otro.
Mato Grosso do Sul y Rondônia son las divisiones territoriales con el mayor índice de crímenes de mujeres.
A propósito de la efemérides, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva presentó un paquete de medidas para poner fin al flagelo e instó a «ir más allá en el combate contra la intolerable violencia física contra las mujeres».
Entre las medidas divulgadas figuró además el envío al Congreso Nacional de un proyecto de ley que busca garantizar el pago por el empleador de salarios iguales para hombres y féminas que ejercen la misma función.
«Cuando aceptamos que las mujeres ganen menos que los hombres en la misma función, perpetuamos una violencia histórica contra las mujeres», afirmó Lula.
Precisó que «el proyecto tiene solo una palabra que hace la diferencia, una sola palabra. Esa mágica palabra se llama obligatoriedad de pagar», remarcó.
Alertó que habrá mucha gente que «no quiere pagar (salarios iguales), pero para eso la Justicia va a tener que funcionar».
Este punto está previsto en la legislación actual y, según el Gobierno, el texto prevé medidas para que las empresas sean más transparentes y fortalecer la fiscalización y la lucha contra la discriminación salarial.
Tal anuncio fue hecho en el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo, con la presencia de la primera dama, Janja Lula da Silva, de ministros y representantes de bancos públicos.
Por su parte, la titular de las Mujeres, Cida Gonçalves, señaló que el Gobierno decidió marcar el 8 de marzo con políticas públicas para enfrentar la violencia contra la mujer y promover la igualdad de género, autonomía económica y salud integral de las mujeres.
La lucha contra las diversas formas de agresión contra las brasileñas resultó la pauta prioritaria en el gigante suramericano en su día internacional.
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