De esta manera el acumulado de este año es de 0,7 por ciento y en los últimos 12 meses alcanza los 11,9 puntos porcentuales, ligeramente por debajo del cierre de 2022.
Si bien se trata de una baja moderada, confirma las recientes declaraciones del ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien expresó su confianza en que el costo de la vida en el país comenzaría a retroceder, luego de más de dos años de alza constante.
Por el contrario, un grupo de expertos había proyectado un incremento del Índice de Precios al Consumidor de 0,5 unidades en febrero y mayor contracción de la economía para 2023.
La nota del INE precisa que el resultado estuvo impulsado por una disminución en los costos de la división del transporte, de manera particular en los boletos aéreos y la gasolina; así como en la rama de alimentos, sobre todo la carne de pollo y bebidas no alcohólicas.
En el área de recreación y cultura también hubo un moderado descenso de 0,064 unidades.
Para el resto de las 12 divisiones que componen la canasta básica familiar se mantuvo la tendencia al incremento, siendo la más afectada la de vestuario y calzado, impulsada por la venta de uniformes escolares para el inicio de las actividades docentes.
El precio del alquiler de viviendas y otros arriendos, además del transporte interurbano también registraron aumentos.
Hasta el momento el gobierno mantiene la previsión de disminuir el índice inflacionario a un dígito en los próximos meses y situarlo alrededor del cuatro por ciento a fin de año.
Al inicio de esta semana la presidenta del Banco Central, Rossana Costa, se refirió al tema y advirtió sobre un adverso contexto internacional, donde hay fuertes presiones sobre la economía.
En el plano interno precisó que deben corregirse desajustes provocados por la pandemia de Covid-19, entre ellos el exceso de liquidez ocasionado por las transferencias financieras hacia familias necesitadas y los retiros parciales de los fondos de jubilación.
mem/car/eam