De esa forma, las manifestaciones llegan a su décima segunda jornada, pues estas se iniciaron un día después del choque, el pasado 28 de febrero, de un tren de pasajeros y otro de carga que circulaban por la misma línea.
Trabajadores, estudiantes universitarios y escolares salieron a las calles para demandar la renuncia del equipo del primer ministro Kyriakos Mitsotakis, quien esta semana reconoció públicamente la responsabilidad del ejecutivo.
El Ministerio de Finanzas anunció recientemente una pensión de 15 mil euros mensuales para los familiares de la víctimas fatales que puede ser ajustable a nuevas circunstancias económicas.
De su lado, el ex jefe de Gobierno y máximo dirigente del movimiento Syrisa, Alexis Tsipras, cuestionó la actuación del Gobierno, aún cuando Mitsotakis prometió total transparencia para la investigación del mencionado desastre, ocurrido al norte de la ciudad de Larisa.
Las manifestaciones provocaron en esta jornada el cierre de varias calles capitalinas, mientras que, en Salónica, la segunda ciudad en importancia de esta nación, se repitieron escenas similares de bloqueos protagonizados por miles de trabajadores y estudiantes.
No dejaremos que este crimen se olvide, afirmó el máximo dirigente del Partido Comunista Griego, Dimitris Kutsumbas, al intervenir en la demostración, cuyos participantes portaban carteles con lemas como “que la ira se convierta en derrocamiento”.
Para el próximo jueves, está prevista una huelga general de 24 horas, convocada por las centrales sindicales GSEE y Adedy, para exigir la búsqueda de los “verdaderos culpables” del accidente, en el cual muchas de las víctimas fatales eran estudiantes que regresaban de vacaciones.
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