Sin cambios en la declaración de la Asociación de Bancos, el gremio acudirá al paro ante el aumento de las represalias judiciales, el embargue de los activos en esas instituciones y medidas contra los encargados de ellos, que impactan en las personas en primer lugar.
En paralelo, el tipo de cambio en el mercado informal rozó las 100 mil libras libanesas por cada dólar estadounidenses, al amanecer entre 97 mil y 97 mil 500.
Al mismo tiempo, el volumen de negociación en la plataforma oficial del Banco Central, Sayrafa, ascendió ayer a 80 millones de dólares, a razón de 75 mil 800 libras por cada billete verde, según la tarifa de las operaciones realizadas por casas e instituciones.
En este contexto, subieron los precios de los combustibles y de un paquete de pan, así como de otros artículos y materias primas de primera necesidad, tras la decisión de los bancos de volver al paro.
Los depositantes rechazaron a través de un comunicado la medida de los bancos de acudir a la huelga, por ser destructiva para la economía nacional y los derechos del pueblo.
Además, el gobernador del Banco Central, Riad Salameh, deberá acudir mañana a un interrogatorio en presencia de una delegación judicial francesa y por petición del primer juez de instrucción de Beirut, Charbel Abu Samra.
Salameh, al frente del ente financiero desde 1993, es investigado por los delitos de malversación de fondos, lavado de dinero, falsificación y enriquecimiento ilegal.
En caso de comparecer ante el juez, será la primera vez que los expertos europeos escuchen al gobernador, por sospechas de participación y la de su hermano Raja en casos de corrupción.
Cifras del Banco Mundial indicaron que Líbano ocupa el tercer lugar a nivel global y constituye el primer país árabe en la inflación de los precios de los alimentos.
Por su parte, informes de entidades de Naciones Unidas sitúan al 80 por ciento de su población por debajo del umbral de la pobreza.
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