A través del Programa Mundial de Alimentos, el gobierno nipón entregó el donativo de emergencia con el objetivo de aliviar el sufrimiento de alrededor de 300 mil personas desfavorecidas en Líbano.
El apoyo incluye el ofrecimiento de raciones mensuales de alimentos en especie, para satisfacer las necesidades nutricionales de los más vulnerables durante un período de seis meses y mitigar el impacto del colapso en los ciudadanos.
Mediante esta iniciativa, Japón renueva el compromiso de continuar el apoyo a Líbano y su gente, a la luz de los desafíos sin precedentes que enfrenta el país, resaltó el diario local Al-Akhbar.
Actualmente, la nación asiática impulsa en Baalbek un proyecto con más de mil pequeños agricultores afectados por las crisis agravadas en el territorio levantino, con el suministro de insumos para ayudarlos a mantener sus actividades y mejorar la capacidad de producción.
Según la oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en el país, cerca de un millón y medio de residentes libaneses y 700 mil refugiados sirios sufren de inseguridad alimentaria.
En un análisis integral de inicios de año, la entidad avizoró un empeoramiento de la situación hasta abril entrante con cifra superior a los dos millones 26 mil habitantes en fase de crisis ante la imposibilidad de garantizar comida.
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