El informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) detalla que el cultivo de coca se disparó un 35 por ciento entre 2020 y 2021, una cifra récord y el mayor aumento interanual desde el año 2016.
El fuerte crecimiento de la oferta va acompañado de una subida constante de la demanda de cocaína.
Aunque los mercados tradicionales de esta droga, América del Norte y Europa, siguen siendo los más importantes, la enorme producción puede permitir una expansión hacia África y Asia.
En ese mapa global, Uruguay ocupa un lugar de tráfico y presenta particulares vulnerabilidades en particular por el accionar del Primer Comando Capital.
Se trata del principal cartel brasileño cuyas aeronaves sobrevuelan cargadas con droga el territorio uruguayo, donde sueltan los bultos o aterrizan en pistas clandestinas.
Los puntos de entrada de dichos vuelos incluyen los norteños departamentos de Artigas, Salto y Paysandú, puntualiza el texto.
Otra vía utilizada dentro y desde Sudamérica hacia otros mercados es la ruta del Cono Sur, que va desde Perú y Bolivia hacia el Río de la Plata.
Las cargas buscan el estuario en la costa atlántica entre Argentina o Uruguay, con frecuencia a través de Paraguay, y por lo general se basan en la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP), a menudo utilizada en combinación con vuelos clandestinos”, señala la ONU.
Refiere además el trasvase de los estupefacientes a barcos oceánicos, lo que convierte al puerto de Montevideo en punto de atención de los grupos delictivos.
Los envíos de cocaína a veces se consolidan dentro de Uruguay antes de ser enviados fuera de sus puertos”, señala el organismo internacional.
Menciona otras incautaciones en puertos marítimos de Alemania y Uruguay de cargamentos con destinos en África y Europa.
mem/ool