Un análisis divulgado en el sitio digital del diario Il Sole 24 Ore expone que “los talentos del sur terminan constituyendo una reserva de capital humano para las zonas más productivas del norte y centro del país, así como para países extranjeros” y califica este fenómeno como una verdadera “desertificación universitaria”.
El informe, basado en datos del Instituto Nacional de Estadísticas (Istat), apunta que en sentido general “Italia se confirma como país exportador, no solo de bienes y servicios sino también de capital humano”.
Entre 2012 y 2021, según los expertos de ese organismo, emigraron casi un millón de nacionales, una cuarta parte de ellos con un nivel educativo superior, y cada año abandona el país hasta un 8,0 por ciento de los jóvenes altamente capacitados.
“Es precisamente en el grupo de edad de 25 a 34 años donde estamos peor que antes y seguimos siendo los penúltimos en la Unión Europea después de Rumanía”, precisa el documento.
Sin embargo, mientras en el norte y el centro de Italia se compensan esas salidas con la atracción de jóvenes de las regiones del sur, estas últimas sufren inestabilidad por la pérdida de profesionales de sectores claves como la medicina, la ingeniería, así como de expertos en Tecnologías de Informática y Comunicaciones, agrega la fuente.
Un informe divulgado el 7 de marzo último señaló que este fenómeno incide particularmente en el sector de la salud, pues en los primeros 22 años del actual milenio abandonaron Italia unos 180 mil profesionales del mismo, lo cual incidió en la actual crisis sanitaria que afecta a este país.
De acuerdo con ese reporte basado en datos oficiales, publicado por el sitio digital especializado Quotidiano Sanitá, en esa etapa emigraron unos 131 mil médicos y 48 mil especialistas en enfermería italianos, principalmente hacia Francia, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Israel, Suiza y Estados Unidos.
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