El resultado estuvo impulsado principalmente por el sector de los servicios, en particular los personales, empresariales y de transporte.
Por el contrario, la producción de bienes sufrió una contracción, siendo la minería y la industria manufacturera las más afectadas.
La actividad comercial también registró una caída, debido a la reducción de la demanda interna en 2,3 por ciento, situación atribuida al cese de las transferencias financieras y el retiro de los fondos de pensiones autorizados en el período más difícil de la pandemia.
En este sentido, el aumento del gasto de los hogares en 2,9 puntos porcentuales estuvo centrado en los servicios tras el levantamiento de las restricciones sanitarias, pero la compra de bienes durables y no durables bajó, señala el informe del órgano rector financiero chileno.
Mientras, el resultado global del comercio exterior fue positivo, pero también estuvo impulsado por los servicios porque el intercambio de mercancías se redujo en 2022.
En la rama agropecuaria-silvícola el crecimiento del año fue de una décima de punto con reducciones en casi todos sus componentes, excepto la fruticultura destinada a las exportaciones.
Las hortalizas, sobre todo las destinadas a consumo fresco, sufrieron la mayor caída, acompañadas por los cultivos anuales debido a una menor superficie sembrada de trigo y maíz.
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