Al intervenir en la cita, el ministro libanés del sector, Walid Fayyad, reafirmó el derecho de la nación levantina a beneficiarse de la participación plena en los ríos y las aguas subterráneas que cruzan sus fronteras.
La autoridad abogó por la integración frente a la presión y el chantaje entre países y rechazó cualquier pretexto para la guerra y la avaricia.
Fayyad enfatizó que el agua, en lugar de ser causa de conflictos entre los Estados y los pueblos, debe transformarse en un catalizador para la propagación de la cooperación a favor del desarrollo sostenible.
El titular libanés indicó que esta opción debe ser un resumen de estudios científicos y financieros precisos que demuestren su factibilidad económica e indiquen el alcance de la necesidad de adoptarla ante la imposibilidad de recurrir a los recursos hídricos tradicionales.
Subrayó que Líbano representa un ejemplo para los países a los que las circunstancias internacionales le impidieron lograr una gestión integrada en el sector del agua mediante la adopción de una estrategia nacional.
Al mismo tiempo, manifestó que la nación es un modelo para los Estados que sufrieron codicia y guerras por su agua, y cuya infraestructura fue destruida.
En medio del agravamiento de la crisis económica y financiera del país, Fayyad pidió apoyo a la comunidad internacional para avanzar en el sector del agua y lograr nuevamente el desarrollo sostenible y una vida digna para el pueblo libanés.
A propósito, el ministro insistió en la necesidad de un compromiso global para ayudar a las naciones pobres y desfavorecidas a un mejor acceso al agua limpia y segura, tras al constante aumento de la población y el gran desarrollo físico y urbanístico, además del cambio climático y la desertificación.
Convocó a implementar programas de apoyo técnico, fortalecimiento de capacidades y transición hacia tecnologías amigables con el medio ambiente, que conlleven a una gestión integrada y buena gobernanza del sector.
La Conferencia sobre el Agua finalizará mañana y sus jornadas de debate significan una oportunidad única para acelerar el avance en la promesa hecha por los líderes mundiales de ofrecer a los ciudadanos del planeta un acceso universal al agua potable y el saneamiento en el año 2030.
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