Para conocerla, indagar su origen, prevalencia, síntomas, manejo de pacientes aquejados y tratamientos, Prensa Latina conversó con el doctor en Ciencias Médicas Gil Reyes Llerena, especialista de primer grado en Medicina Interna y de segundo grado en Reumatología.
Reyes la define como una afección con dolor generalizado ligero, moderado e intenso, difuso que se expande por todo el cuerpo por un largo periodo de evolución, en el cual intervienen varios elementos: fatigas, ansiedad, depresión, agotamiento profundo y la persistencia del dolor.
Aunque no se considera una dolencia severa ni tan incapacitante como fenómeno global, si es para toda la vida, sentenció Reyes con larga experiencia en su estudio y tratamiento.
Sus múltiples indicios la convierten en una enfermedad de difícil y complejo diagnóstico, pues no se determina por estudios de laboratorio o de imágenes como la resonancia magnética, tomografía e incluso biopsias, exámenes que todos resultan negativos en estos casos, precisó el galeno.
El también presidente de la Sociedad Cubana de Reumatología y profesor e investigador titular, afirmó que las personas con fibromialgia suelen mostrar depresión, angustias y alteraciones psicológicas o psiquiátricas, digestivas y urinarias, hipotensión o colon irritable, entre otros padecimientos que pueden llevar a la incapacidad para actividades cotidianas.
Enfermedad que suele enmascararse está presente en 20 por ciento de los pacientes con artritis reumatoide y asociada en 45 en quienes padecen lupus, por lo cual se requiere falta experiencia y preparación para su diagnóstico, manejo y tratamiento, acotó el especialista.
Al comentar sobre su origen, explicó que intervienen factores psicosomáticos, psicológicos, y en las mujeres, los genéticos y antropológicos que predisponen la aparición de la enfermedad en ellas, alteraciones de la actividad muscular y manejo inadecuado de los radicales de oxigeno que causan dolor y debilidad.
En relación con su prevalencia en el nivel internacional, significó que varía por países y regiones, pero de 0,5 a cinco por ciento de la población mundial padece o desarrolla fibromialgia.
Al respecto, refirió que 15 por ciento de las consultas de reumatología, clínica del dolor y de atención primaria de salud arrojan altos registros de afecciones del sistema músculo esquelético y reumáticas, incluida la fibromialgia.
De ahí el impacto de esa enfermedad en el orden social y laboral, pues puede generar incapacidad y pérdida del empleo, pese a que el paciente no puede demostrar su padecimiento, dada la complejidad del diagnóstico en manos de especialistas en medicina general integral, ortopédicos y reumatólogos, quizás los más preparados y entrenados para diagnosticar la enfermedad.
LA FIBROMIALGIA, UNA ENFERMEDAD JOVEN
Si una persona padece penas generalizados en partes fibrosas del cuerpo por más de tres meses, fatiga y problemas cognitivos, es posible un caso de fibromialgia que se comprueba, además, si en 11 de los 18 puntos gatillos del cuerpo siente intenso dolor al ser comprimidos con una fuerza equivalente a cuatro kilogramos.
Reyes, jefe del Grupo Nacional de Reumatología del Ministerio cubano de Salud Pública, comentó que esos puntos gatillos se emplean junto a una escala de severidad y dolor generalizado, cuyos primeros criterios de diagnóstico se conocieron en la década de los 90 del pasado siglo.
A ello se suma que en 1992, la fibromialgia fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud e incorporada a su Manual de Clasificación Internacional de Enfermedades. También fue admitida en 1994 por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor.
Esos reconocimientos como entidad la califican como una dolencia joven, que comenzó a detectarse en gran parte de la población mundial que oscila de 30 a 50 años de edad como línea general, y también en etapas juveniles, a veces infantiles, destacó el especialista.
Para precisar los síntomas de esa enfermedad crónica, el camino es largo, porque el paciente transita por varias especialidades y consultas, en tanto que los galenos se abstienen de definirla por generar depresiones, problemas sociales y familiares, estrés, y trastornos psicológicos y psiquiátricos severos que pueden, incluso, terminar en el suicidio.
*Jefa de Redacción de Ciencia y Técnica de Prensa Latina
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