El obispo de Roma se dirigió al pueblo peruano, un país que “tanto sufre”, según expresó, debido a la compleja situación que enfrenta, donde ya suman 49 las personas muertas durante protestas tras la destitución, el pasado 7 de diciembre, del presidente Pedro Castillo.
Francisco se refirió también a las víctimas del terremoto que afectó el 6 de febrero a Turkiye y Siria, con un saldo de más de 40 mil muertos, donde el lunes último tuvo lugar un nuevo sismo de magnitud 6,4 en la escala de Richter, así como al tornado que asoló el 25 de marzo al estado norteamericano de Mississippi, con 26 fallecidos.
Hizo alusión además al conflicto en Ucrania y sus graves consecuencias, a la vez que enfatizó que solo «la conversión de los corazones» puede abrir «el camino que conduce a la paz».
En su oración el papa recordó que a veces uno puede «sentirse desesperanzado» o «encontrarse con personas que han perdido la esperanza» por una pérdida, una enfermedad, una decepción, un agravio, un grave error o una traición” e invitó a “no dejar de creer y de esperar» y a no dejarnos «abrumar por sentimientos negativos».
“No cedan al pesimismo que deprime, al miedo que aísla, al desánimo por el recuerdo de las malas experiencias, al miedo que paraliza, no te dejes aprisionar por el dolor, no dejes morir la esperanza”, expresó el sumo pontífice.
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