En su informe indicó que febrero ha sido un mes de superávit comercial en los últimos seis años, pero este de 2023 la balanza comercial parece que finalmente ya empezó a sufrir el costo del mal llamado súper peso, o sea, de la desalineación de la paridad cambiaria. El comercio fue deficitario.
Coutiño señaló que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el valor de las exportaciones de mercancías alcanzó 44 mil 934 millones de dólares, cifra integrada por 42 mil 662 millones de dólares de exportaciones no petroleras y por dos mil 272 millones de petroleras.
De esta forma, las exportaciones totales reportaron una reducción anual de 2,8 por ciento, resultado de caídas de 1,8 por ciento en las exportaciones no petroleras y de 19,2 por ciento en las petroleras. Al interior de las exportaciones no petroleras, las dirigidas a Estados Unidos crecieron, a tasa anual, 2,2 por ciento y las canalizadas al resto del mundo descendieron 17,8 por ciento.
En febrero de 2023 el valor de las importaciones de mercancías fue de 46 mil 778 millones de dólares, monto que implicó un alza anual de 4,1 por ciento, producto de aumentos de 3,1 por ciento en las importaciones no petroleras y de 12,9 por ciento en las petroleras.
Al considerar las importaciones por tipo de bien, se registraron incrementos anuales de 15,8 por ciento en las importaciones de bienes de consumo, de 0,1 por ciento en las de bienes de uso intermedio y de 28,4 por ciento, en las de bienes de capital.
Coutiño añadió que más allá del déficit comercial por 1,8 millones de dólares en febrero “preocupa que las exportaciones cayeron y las importaciones subieron, una señal que podría reflejar un efecto cambiario de restricción en las primeras y de estímulo en las segundas. Sobre todo en las importaciones de consumo”.
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