Al intervenir en el acto de entrega del documento, la representante de las más de 30 entidades firmantes, Luz Eneida Mejía, resaltó que un día como hoy, en 1987, se adoptó una nueva Constitución en ese país, la cual coronó las luchas y movilizaciones populares dirigidas al derrocamiento de la sangrienta dictadura de la familia Duvalier.
«Consideramos oportuno reiterar en este día, nuestra solidaridad con el hermano pueblo haitiano en momentos en que sufre las secuelas de pésimos gobiernos y la conspiración intervencionista de las potencias imperialistas», agregó.
Mejía afirmó que la nación haitiana atraviesa uno de los momentos más difíciles, trágicos e inciertos de su historia, sumido en una situación de caos propiciada por la oligarquía, sucesivos gobiernos antipopulares, incluido el actual, y la injerencia de organismos internacionales al servicio de los intereses de las potencias colonialistas.
Manifestó que luego del asesinato del expresidente de facto, Jovenel Moïse, el gobierno actual dirigido por Ariel Henry, es denunciado por organizaciones sociales haitianas por carecer de total legalidad y legitimidad, y de seguir al pie de la letra los mandatos del Fondo Monetario Internacional.
El país está amenazado, dijo, por una crisis humanitaria de gran magnitud debido a la inseguridad alimentaria, el resurgimiento del cólera y el accionar de las pandillas con más de mil secuestros mensuales, múltiples violaciones a mujeres, masacres, la ruptura de las cadenas de abastecimiento y los ataques diarios contra escuelas, hospitales e iglesias.
Finalmente, denunció que una nueva intervención militar no aportará solución sostenible como tampoco lo hizo en el pasado.
Explicó que así lo demuestra de forma incontrovertible el desastre ocasionado por la Misión de Naciones Unidas para la Estabilidad y el Core Group, integrado por embajadores de varios países, así como representantes de la ONU y la Organización de Estados Americanos.
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