Un reporte publicado este miércoles en ese medio digital especializado destaca las declaraciones del ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, quien expresó que el propósito del nuevo decreto es “garantizar el más alto nivel de protección de la salud de los ciudadanos y preservar el patrimonio agroalimentario”.
La legislación aprobada el martes último cuenta con seis artículos, y establece entre otros puntos que “en caso de infracción de las normas se prevén multas administrativas que van desde un mínimo de 10 mil hasta un máximo de 60 mil euros, o hasta el 10,0 por ciento de la facturación total anual”.
«Buscamos la protección de nuestra comunidad, pues como gobierno hemos abordado el tema de la calidad, que los productos de laboratorio no garantizan. Queríamos proteger nuestra cultura y nuestra tradición, incluyendo la comida y el vino”.
“Italia es la primera nación que dice no a los alimentos sintéticos, y a la carne sintética, y lo hace con un acto formal y oficial”, enfatizó Lollobrigida.
“Si la producción de alimentos sintéticos se impusiera en los mercados, habría más desempleo, más riesgos para la biodiversidad y productos que, en nuestra opinión, no garantizarían el bienestar”, expresó el ministro, quien aclaró que “no hay una actitud persecutoria sino una fuerte voluntad de protección».
Por su parte el titular de Salud, Orazio Schillaci, apuntó que la prohibición se basa en el principio de precaución y agregó que es importante y significativo reafirmar el más alto nivel de protección la salud de los ciudadanos, así como preservar el patrimonio agroalimentario de nuestra nación.
Schillaci enfatizó “la atención constante del Ministerio a la seguridad alimentaria y a una nutrición sana y equilibrada» y reafirmó que «Italia cuenta con una cultura agroalimentaria basada en la dieta mediterránea, que hay que proteger».
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