El presupuesto diseñado por el Gobierno de Justin Trudeau prevé importantes créditos fiscales de entre 15 y 30 por ciento para sectores energéticos como la energía mareomotriz y la nuclear, pero también la extracción de minerales esenciales para las baterías eléctricas.
Para ello, las medidas anunciadas se apoyarán en créditos fiscales e inversiones previas en proyectos de «economía limpia», como la producción de hidrógeno a partir de fuentes renovables.
Los créditos -que ascienden potencialmente a más de 80.000 millones de dólares canadienses (USD 58.800 millones) en la próxima década- contribuirán a reducir la brecha con los miles de millones anunciados por Estados Unidos para vehículos eléctricos, baterías y proyectos de energía renovable.
Según declaró este martes la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland,»hoy y en los próximos años, Canadá debe aprovechar este momento histórico, esta oportunidad que tenemos ante nosotros, o nos quedaremos atrás mientras las democracias de todo el mundo construyen la economía limpia del siglo XXI».
El mundo está viviendo «la transformación económica más significativa desde la revolución industrial», insistió.
Ante el aumento del costo de vida, el presupuesto incluye también ayudas para los más desfavorecidos, que beneficiarán a 11 millones de hogares canadienses. Además, se establecerá un nuevo plan de atención dental para casi 9 millones de personas sin seguro.
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