Jamás imaginamos que el estado respondería con violencia a las protestas contra el alto costo de la vida en Kenya, marcado por una inflación del 9,2 por ciento y alzas de los precios de la canasta básica y los combustibles.
Los sucesos en Kenya constituyen los habituales retos a la democracia con los cuales algunas personas quieren impugnar el imperio de la ley, dijo el mandatario durante una rueda de prensa en Alemania, donde realiza una visita de Estado.
El lunes pasado miles de manifestantes salieron a las calles de esta capital, una villa miseria metropolitana y otras ciudades del país para protestar contra el alto costo de la vida y reivindicar la victoria electoral de Odinga en los comicios presidenciales de agosto pasado, desestimada por el Tribunal Supremo.
El fin de semana pasado desconocidos asaltaron y saquearon la residencia del expresidente keniano Uhuru Kenyatta, aliado del actual mandatario; el gobierno acusa del vandalismo a partidarios de Odinga mientras el líder opositor asegura que fueron delincuentes pagados por las autoridades.
En ese clima de tensión las autoridades reforzaron el control policial de las principales arterias de esta capital en espera del amanecer de mañana, jueves, segunda fecha para las protestas semanales convocadas por Odinga, quien declaró la guerra al actual Ejecutivo.
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