El secretario ejecutivo de la estructura, Alermy Pierrevilus, aseguró a la multiplataforma AlterPresse que el silencio estatal y su demora en buscar soluciones a la grave crisis del país podría interpretarse como una forma de complicidad manifiesta entre el poder y los grupos criminales.
El defensor de los derechos humanos también criticó la ralentización de las actividades económicas y el cierre de escuelas y universidades como consecuencia directa de la violencia de las bandas y lamentó que la población está abandonada a su suerte.
Haití sufre un recrudecimiento de la crisis de inseguridad, marcada por la extensión de las pandillas en los barrios de esta capital, aumento de los secuestros, enfrentamientos entre bandas rivales y asesinatos de la población civil.
Pierrevilus denunció que el derecho a la vida y la seguridad se viola a diario y la situación actual es extremadamente preocupante. Se necesita un nuevo equipo que inspire confianza para garantizar una mejor gestión política, aseguró.
Según un balance de Naciones Unidas, solo de enero a mediados de marzo más de 530 personas fueron asesinadas en el país caribeño, 277 secuestros y cerca de 160 mil forzadas a abandonar sus hogares.
La zona metropolitana de Puerto Príncipe y el departamento Artibonite son actualmente las regiones más afectadas y bastiones de numerosas pandillas.
La víspera, hombres armados liderados por Vitelhomme irrumpieron en el barrio de Vivy Mitchell en la capital, dispararon, incendiaron viviendas y vehículos con un saldo de un muerto y un policía desaparecido.
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