Un informe publicado este viernes en el sitio oficial del Istat apunta que, a pesar de que hubo una disminución mensual del Índice Nacional de Precios al Consumidor para toda la Comunidad (NIC), ese indicador registró un aumento de 7,7 por ciento anual, el cual fue inferior al de febrero, cuando marcaba 9,1 puntos porcentuales.
Esa tendencia muestra una desaceleración de la tasa de inflación motivada principalmente por la ralentización anual de los precios de los bienes energéticos no regulados, que pasaron de un incremento del 40,8 por ciento a solo 18,9 puntos porcentuales.
También es consecuencia de un descenso de 4,0 puntos porcentuales en los precios de la energía regulada y, en menor medida, de la contracción de los costos de los alimentos elaborados, del 15,5 al 15,3 por ciento, mientras que el de los bienes no duraderos pasó de 7,0 a 6,8 en su porcentaje.
Los precios de los servicios relacionados con transporte descendieron del 6,4 al 6,3 por ciento, pero sin embargo, se aceleraron en su porcentaje los precios de los alimentos no elaborados de 8,7 a 9,3, mientras que los de servicios recreativos, culturales y de cuidado personal pasaron de 6,1 a 6,3 puntos porcentuales.
Se frenó el crecimiento interanual de los precios de los bienes, del 12,4 al 9,8 por ciento, mientras se incrementó ligeramente el de los servicios de 4,4 a 4,5 puntos porcentuales.
Los precios de los productos de alimentación, hogar y cuidado personal se mantuvieron estables en términos de tendencia, en un 12,7 por ciento, pero los de productos de compra frecuente se ralentizaron en su crecimiento, de 9,0 a 7,7 puntos porcentuales.
La inflación adquirida para 2023 es de 5,1 por ciento para el índice general, pero se calcula en 4,1 puntos porcentuales para el componente subyacente, agrega el estudio.
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